¡Ay, me duele la espalda!
- GEHS S.A de C.V.
- 31 ene 2018
- 2 Min. de lectura
Cada día las máquinas efectúan más trabajos. Esta difusión de la mecanización y de la automatización acelera a menudo el ritmo de trabajo y puede hacer en ocasiones que sea menos interesante. Por otra parte, todavía hay muchas tareas que se deben hacer manualmente y que entrañan un gran esfuerzo físico. Una de las consecuencias del trabajo manual, además del aumento de la mecanización, es que cada vez hay más trabajadores que padecen dolores de la espalda, dolores de cuello, inflamación de muñecas, brazos y piernas y tensión ocular.
La ergonomía es el estudio del trabajo en relación con el entorno en que se lleva a cabo (el lugar de trabajo) y con quienes lo realizan (los trabajadores). Se utiliza para determinar cómo diseñar o adaptar el lugar de trabajo al trabajador a fin de evitar distintos problemas de salud y de aumentar la eficiencia. En otras palabras, para hacer que el trabajo se adapte al trabajador en lugar de obligar al trabajador a adaptarse a él.
La exposición a condiciones de trabajo adversas puede resultar en dolores momentáneos o lesiones a largo plazo. Asimismo, ambientes de trabajo mal diseñados contribuyen a una menor eficiencia y producción, la pérdida de ingresos, un mayor número de reclamos médicos, e incapacidades permanentes. Afortunadamente, nuestras regulaciones utilizan una ciencia llamada "ergonomía" para ayudar a remediar las condiciones que causan trastornos y lesiones ocupacionales.
El trabajador se pasa aproximadamente 2,000 horas al año en el lugar de trabajo. No es de extrañar que todas estas horas tengan sus repercusiones negativas - en los ojos, la espalda, las manos y el cuello.

Lesiones y enfermedades habituales
A menudo los trabajadores no pueden escoger y se ven obligados a adaptarse a unas condiciones laborales mal diseñadas, que pueden lesionar gravemente las manos, las muñecas, las articulaciones, la espalda u otras partes del organismo. Concretamente, se pueden producir lesiones a causa de:
El empleo repetido a lo largo del tiempo de herramientas y equipo vibratorios, por ejemplo, martillos pilones;
Herramientas y tareas que exigen girar la mano con movimientos de las articulaciones, por ejemplo las labores que realizan muchos mecánicos;
La aplicación de fuerza en una postura forzada;
La aplicación de presión excesiva en partes de la mano, la espalda, las muñecas o las articulaciones;
Trabajar con los brazos extendidos o por encima de la cabeza;
Trabajar echados hacia adelante;
Levantar o empujar cargas pesadas.
Naturalmente, existen otros problemas particulares en ciertas industrias, pero muchos de los trastornos ocupacionales más comunes son los que afectan los músculos, tendones y nervios del cuerpo.

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